Alicia subió al escenario, se coló detrás de un telón de terciopelo granate y descubrió un enorme espacio vacío, dio dos pasos hacia delante y crujieron las tablas de roble del suelo, miró hacia arriba y observó como dos sacos de arena se balanceaban colgados de gruesas sogas, al fondo, una caja llena de extraños aparejos llamó su atención, corrió hacia ella y rebuscó en su interior, un candelabro, una pipa de fumar, un viejo anteojo...
Alicia siguió rebuscando y encontró una barra más al fondo, de ella colgaban decenas de vestidos y un par de pelucas, debajo, un libreto arrugado. Se sentó en el suelo y comenzó, atenta, a leer aquel viejo guión de teatro.
- ¿Qué lees Alicia?- le preguntó un hombre bajito con dientes prominentes vestido con un elegante traje azul y una vistosa pajarita.
- Un libro que encontré allí debajo- dijo señalando hacia el amasijo de ropa
- ¿Y qué te parece? ¿te diviertes?
- Me divertiría más si todo esto que pone aquí fuese real...
El hombrecillo sacó del bolsillo su reloj de plata, lo vio con resignación, resopló brevemente y dijo:
- Está bien, acércame ese cajón, te explicaré como darle vida
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